La Congregación del Santísimo Sacramento, una Congregación Religiosa dentro de la Iglesia Católica, fue fundada en 1856, en París por San Pedro Julián Eymard. Es una Congregación apostólica de derecho Pontificio, compuesto por sacerdotes, diáconos y hermanos laicos, con representación en 29 naciones en 5 continentes. Su estructura comprende Provincias, Regiones y gobierno central, el Consejo General, que tiene su residencia en Roma. Cada seis años tiene lugar una asamblea general, el Capítulo General, que posee la máxima autoridad en la congregación, para tomar las decisiones necesarias para llevar adelante su misión y elegir al Superior General y los miembros de su Consejo. La Congregación  sigue la Regla de Vida, que fue aprobada por la Santa Sede  en 1984. El número total de sus miembros es de alrededor de 868. El nombre oficial de la Congregación es Congregatio Sanctissimi Sacramenti y sus miembros utilizan la sigla SSS después de su nombre.

Espiritualidad Sacramentina

Espiritualidad

La Espiritualidad y la misión brotan de la Eucaristía, el Sacramento de la Cena del Señor, que instituyó como sacramento de amor y vida para el mundo. El fin de la Congregación es promocionar la centralidad de este sacramento, fuerza de renovación para la Iglesia y la sociedad, o como está indicado en la Regla de Vida, en el número 1, es “procurar vivir el misterio de la Eucaristía en su totalidad, y dar a conocer su significado, para que venga el reino de Cristo y la gloria de Dios se manifieste a todo el mundo.” Esto implica en la práctica, que los miembros de la Congregación están entregados a diversas formas de trabajo pastoral, entre las que, la atención a las parroquias y las iglesias del centro de la ciudad y los santuarios tienen un lugar preferencial. Por medio del estudio y las publicaciones de varias clases procuran profundizar en el amor y conocimiento de la Eucaristía y ofrecer alimento espiritual y orientación pastoral. La oración ante el Santísimo Sacramento (adoración) tiene un lugar central en la vida personal y comunitaria de los miembros. Ello procura fuerza y alegría, inspiración y orientación para la vida y el trabajo. Procuran ayudar a la gente a descubrir las riquezas de esta fuente de vida y les acompañan en el camino de una mayor profundización de su amor a la Eucaristía.